Por una vivienda universal
El problema de la vivienda está tomando dimensiones dramáticas. Mientras los empresarios nos pagan sueldos de miseria, los rentistas los devoran con subidas constantes de los alquileres. Y lo hacen bajo el amparo de un orden político construido para proteger a la propiedad privada y los intereses de los grandes propietarios. Ante esta situación, los partidos capitalistas de izquierda y derecha no hacen más que vendernos falsas promesas e intentan maquillar la situación con parches mínimos. Su orden nos condena a una vida de precariedad, inestabilidad y miseria.
La manifestación de ayer en Madrid desbordó las maniobras electoralistas de Sumar, Más País, Podemos y el PSOE. Demostró que la vivienda es una herida abierta y que nuestra clase está dispuesta a luchar por sus condiciones de existencia. Y demostró también que los sectores organizados son cada vez más conscientes de que los partidos que componen el bloque de gobierno del Estado español son parte del problema.
Sin duda la derecha es también responsable de la actual situación y su presencia en el gobierno no haría más que perpetuarla e incluso agravarla. La presencia de Ayuso en la Comunidad de Madrid lo muestra claramente. Sin embargo, esto no cambia la realidad de que es la izquierda, primero con el acuerdo del PSOE con Podemos y después con Sumar, la que lleva en el gobierno español durante los últimos seis años, en los cuales la situación de la vivienda no ha parado de empeorar para la clase trabajadora.
Los grandes fondos buitres y los rentistas, pequeños y grandes, son enemigos de la juventud trabajadora y los principales culpables de esta situación. Hoy Pedro Sánchez lo demuestra al vender como panacea una pequeña ayuda al alquiler que no hará más que engordar los bolsillos de los rentistas.
Sin embargo, el problema de la vivienda no se encuentra solo en los alquileres y no encontrará solución hasta que nuestra clase construya una alternativa política capaz de defender sus intereses reales y superar un orden construido para defender a especuladores y rentistas.
La vivienda gratuita, universal y de calidad que nuestra clase necesita no tiene cabida en un régimen creado para blindar los beneficios privados y la división de clases. Solo cuando los trabajadores tomemos en nuestras manos el poder político podrá abrirse la puerta a la solución definitiva del drama de la vivienda, más allá de los parches y las mejoras parciales, más allá de los intentos, siempre frágiles e inestables, de encontrar una mínima conciliación entre intereses irreconciliables.
Desde la Coordinadora Juvenil Socialista llamamos a continuar la lucha por la vivienda por medio de la organización permanente en sindicatos y asambleas, a través de las cuales nuestra clase defiende sus intereses inmediatos. Llamamos, ante todo, a sumarse a la construcción de una gran alternativa política de y para la clase trabajadora. Un partido revolucionario que convierta en programa la superación de la barbarie capitalista en todas sus formas. En ese camino nos encontraremos.