El etnoestado israelí, punta de lanza del imperialismo occidental en Oriente Medio, está perpetrando un genocidio en Gaza. Hospitales, niños y viviendas donde viven hacinadas cientos de personas; nada escapa a la violencia terrorista de un Estado que lleva en su misma esencia la voluntad del exterminio del pueblo palestino y la ocupación completa de la tierra que habita.
Estos actos, llevados a cabo con la complicidad del conjunto de sus aliados occidentales, incluido el Estado español, constituyen el más aberrante ejemplo de la barbarie sionista sobre la que se sostiene el orden capitalista internacional.
Quienes defendieron el "derecho de Israel a defenderse" tienen, por más que ahora condenen hipócritamente sus actos más atroces, las manos manchadas de toda la sangre palestina vertida desde el inicio de la ofensiva militar.
Los actos de resistencia palestinos son solo una respuesta a la violencia que Israel desata diariamente sobre sus territorios. Son parte de la lucha por sacudirse la bota que oprime su cuello. Y solo en la lucha podrán las clases oprimidas palestinas deshacerse de sus propios líderes corruptos y avanzar de forma efectiva hacia la destrucción del Estado sionista.
Desde este rincón del planeta, debemos además denunciar el apoyo activo del Estado español y de la Unión Europea al criminal proyecto sionista y su régimen de apartheid, organizándonos para combatir a nuestros Estados cómplices. Debemos volcar contra el Estado de la burguesía, colaboracionista de la masacre, el dolor y la rabia que sentimos ante el sufrimiento del pueblo palestino.