La lucha de clases no cesa, y con ella la ofensiva de la burguesía contra nuestra clase. Aunque los políticos profesionales quieran hacernos creer lo contrario bombardeándonos con datos vacíos y falsas promesas, la realidad de la clase trabajadora empeora año tras año. Y no sólo a nivel económico sino, especialmente, a nivel político.

Atravesamos un momento marcado por la criminalización de los trabajadores migrantes a través de bulos y noticias falsas, con discursos racistas y anti-inmigración cada vez más presentes en los medios de comunicación. Junto a ello, cada vez es más constante el ataque contra nuestros derechos y libertades políticas por parte del Estado de los explotadores, con el encarcelamiento de sindicalistas o con la infiltración de policías en movimientos sociales como los ejemplos más claros y sangrantes durante estos últimos años. Y de fondo, una creciente militarización, una continuación impune del genocidio palestino y unos tambores de guerra regionals y mundiales, de los que la criminal invasion del Líbano por parte del Estado sionista es la última expresión. La guerra genocida que Israel ha desatado en Oriente Medio es, a día de hoy, el ejemplo más acabado y brutal de la barbarie capitalista.

Como clase trabajadora estamos fuera de juego ante esta situación, impotentes ante la brutalidad de un capitalismo en declive. Los partidos profesionales representan solamente los intereses de la burguesía y de las clases medias. Y los partidos de izquierdas que conforman la mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno de Estado español, no son una excepción.

Las políticas del gobierno durante estos años han repartido migajas mientras sellaban las ganancias de rentistas y empresarios, disparaban el gasto militar y ocultaban bajo una retórica triunfalista el empeoramiento de las condiciones políticas y económicas de nuestra clase... seguir leyendo